
¿Made video games great again?
Elon Musk dijo por medio de su red social conocida como “X”, que “el periodismo de videojuegos es una basura”, avivando una de las grandes polémicas dentro de la industria.
El empresario ya habló sobre su descontento referente al estado actual del mundo gaming a finales de 2024, sobre todo con aquellas empresas que están comprando desarrolladoras, provocando que cada lanzamiento sea “continuista y poco creativo”.
Tomando cartas en el asunto sobre este problema, Musk quiere que los videojuegos “vuelvan a ser grandes”, eslogan que toma prestado de las campañas presidenciales de su aparente amigo y nuevamente presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Para ello está utilizando su compañía “xAI”, enfocada en el desarrollo de la Inteligencia Artificial, sintiéndose legitimado a salvaguardar su hobby favorito.
Esta vez su desprecio fue dirigido hacia la prensa especializada, y hay que recordar las noticias que hubieron con respecto a la mentira que contó el dueño de “SpaceX” al proclamarse como el mejor jugador de Diablo lV y Path of Exile, cuando en realidad pagaba para que lo levelearan en ambos títulos, pudiendo ser esta polémica uno de los motivantes detrás de las palabras de Musk.
Realmente las opiniones de ese calibre están lejos de ser una novedad, ya que durante años se ha criticado a la prensa especializada por no hacer bien su trabajo a la hora de comunicar correctamente.
Mala praxis en el periodismo especializado
Cuando se posa un ojo crítico sobre el ocio interactivo, el consumo de videojuegos se acepta como un fenómeno cultural que toca diferentes aristas sociales, como la educación, salud, política, entretenimiento, negocios, comunicación o arte. Hablamos de un sistema complejo de analizar debido a su crecimiento acelerado, implementado al ecosistema mediático para consolidar el newsgaming, una hibridación entre el periodismo y la mencionada industria del entretenimiento interactivo.
Para contextualizar, en 2014 se potenció una tendencia llamada #GamerGate, utilizada para denunciar diferentes abusos en la industria del gaming. Su origen real data del 2002, siendo un movimiento que se alzaba contra una falsa ética periodística en los videojuegos, habiendo quejas provenientes del mal uso de dichos portales para realizar ataques personales contra otros colegas y desarrolladores.
Marta Trivi, periodista y ex redactora del portal Anaitgames, publicó un texto de opinión titulado “Tenemos un problema en la prensa de videojuegos” en el año 2018. Aquí menciona el miedo que sienten los profesionales a la hora de opinar libremente, teniendo la necesidad de justificarse ante sus compañeros, las empresas o la misma audiencia al señalar los abusos que se están cometiendo en la industria, cuando fue gracias a ello que se visibilizó casos tan horribles como los de Activision Blizzard o Ubisoft, potenciando movimientos como el #metoo.
Por otro lado, el medio 3DJuegos se alejó del sistema de puntajes para calificar lanzamientos en el año 2020 , incentivando la lectura crítica y descentralizando la atención de los números, carentes de verdadero valor por si solos. En realidad estos mismos resultan ser un arma de disuasión contra los análisis de portales especializados, utilizados por las mismas compañías, amenazando con quitarles patrocinio si su producto no tiene la nota que ellos desean .
Son estos cambios y debates saludables los que pueden ir redirigiendo el camino correcto para la prensa especializada. Siempre se debe tener en cuenta la opinión del público cuando se trata de visibilizar los errores que se han cometido dentro de los medios, y como buenos profesionales debemos hacer mea culpa ante esta realidad, una poco tolerante a la hora de establecer márgenes de error.
Una mirada ingenua pero necesaria
Con el comentario emitido, Musk solo termina vilipendiando la conversación, alimentando con más prejuicios un trabajo que de por sí ya es bastante complicado debido a sueldos mínimos, falta de financiación, problemas con empresas, censura, jornadas interminable de trabajo y una mala praxis que termina afectando a todos, siendo generalizado ante el hate de la opinión pública.
¿Entonces por qué dedicarse a un oficio que es mal mirado dentro de la comunidad? Por pasión e intentar dignificar la ética del trabajo profesional en una industria que está en el albor de su existencia. Se debe seguir denunciando los abusos y hablar de los errores que se están cometiendo, mientras la opinión crítica se mantiene transparente a la hora de revisar tanto las obras producidas como el propio fenómeno sociocultural en sí.
Al final se lucha por un periodismo de videojuegos digno, que no “vuelva a ser grande” si eso conlleva estar ciegos y mudos, únicamente para volver realidad los prejudicios que tan mala imagen dan, obligados a tener que darle la razón a un mensaje de “X” emitido por “el mejor jugador de Diablo lV”.