
El gigante tecnológico ha confirmado hoy una nueva ronda de despidos que impacta directamente a su división de videojuegos. Aunque los rumores comenzaron a circular tras un informe de Bloomberg la semana pasada, la empresa ha oficializado una medida que afecta a cientos de trabajadores y pone en jaque a varios estudios de desarrollo tanto en Europa como en Estados Unidos.
Entre los equipos más afectados están King Barcelona, que pierde un 10% de su plantilla (alrededor de 200 trabajadores), y la rama de marketing de ZeniMax, con recortes significativos en sus oficinas de Londres, Rockville y Maryland. También se han registrado despidos en estudios responsables de franquicias clave como Call of Duty y Forza Motorsport, este último con pérdidas de hasta el 50% de su personal.
El jefe de la división Xbox, Phil Spencer, ha enviado un comunicado interno a los empleados en el que reconoce el difícil momento que atraviesan. “Estamos viendo más jugadores, más juegos y más horas de juego que nunca, pero el éxito actual se basa en decisiones difíciles del pasado, y debemos seguir ese camino para asegurar nuestra posición en el futuro”, señala Spencer.
En su mensaje, afirma que estas medidas buscan “aumentar la agilidad y la eficacia eliminando niveles de gestión” y “priorizando las oportunidades con mayor potencial”. También asegura que los empleados afectados contarán con paquetes de indemnización, cobertura médica y recursos de recolocación dentro de Microsoft Gaming.
Una tendencia preocupante
La historia reciente de Xbox se ha visto marcada por un patrón constante de recortes. Con la ola actual de despidos anunciada en julio de 2025, ya son cuatro las rondas masivas que Microsoft ha ejecutado en menos de dos años: en enero de 2024 despidió a 1.900 empleados, en su mayoría pertenecientes a Activision Blizzard; en mayo del mismo año cerró varios estudios, incluyendo Arkane Austin, Tango Gameworks y otros equipos bajo el paraguas de ZeniMax; en septiembre eliminó 650 puestos adicionales, nuevamente con foco en Activision; y en julio de 2025 llegó la ronda más severa hasta ahora, con 9.000 despidos a nivel global, muchos de ellos en áreas clave del negocio gaming.
El anuncio ha generado un fuerte clima de incertidumbre entre desarrolladores, creativos y jugadores. Si bien Microsoft justifica la decisión como un movimiento estratégico para priorizar áreas de mayor crecimiento, el impacto emocional y profesional en los equipos afectados no puede pasarse por alto. Para muchos, se trata de un golpe más en una industria que ya viene lidiando con cierres de estudios, proyectos cancelados y presión financiera.
Según diversos analistas del sector, esta política de recortes continuos podría afectar negativamente la percepción pública de la marca Xbox y comprometer su proyección a largo plazo. Esto resulta especialmente preocupante considerando que, tras la adquisición de gigantes como Activision Blizzard, se esperaba una fase de expansión y consolidación, no de contracción.